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Vea este exquisito juego valón, un juego de ortografía breve pero basado en un kit. Lleva este viejo whisky al juez rubio que fuma en su isla interior, junto a la hornacina ovoide, donde arden los leños en el hogar, lo que le permite pensar en la cenogénesis de lo que se discute en la ambigua causa escuchada en Moÿ. en un lío que, según él, disminuye aquí y allá la calidad de su trabajo. Demuestre, justo juez, que el famoso sándwich de yak mata. La isla estrecha, donde el jurado maduro y obeso celebra el hai volapük, burro atado al whist, llévate este deseo decepcionado. Abrigo viejo que modifico: ¿breitschwanz o yak? Desde Navidad, cuando un odiado céfiro me viste con cubitos de hielo de Würm, ceno un exquisito rosbif con kir à l’ai maduro, etc. Fiery, emborracho a la india con un paquete de fino zythum. Ketch, yawl, chatarra nueva… ¡juzga los precios! Vea el bergantín gigante que estoy examinando cerca del muelle. Lleva ese whisky viejo al juez rubio humeante. Cubre la cola del taxi con el pijama del faquir. Voz ambigua de un corazón que, al céfiro, prefiere los cuencos de kiwi. Mi pobre cebú tieso choca a dos